No hay hola.
Bueno, ya tengo los comentarios al cuento de ELDE. Tal y como me imaginaba, el narrar una historia muy metida dentro de mi universo creativo ha supuesto una dificultad para los lectores. Además, como experimento añadido, he usado un narrador en segunda persona, lo que hace aún más infrecuente el estilo.
¿Por qué lo del narrador en segunda persona? En el cuento hay dos historias: una la del protagonista y otra la de su amo. Dado que la del amo empieza in media res, y no acaba con el cuento, opté por alejarla lo más posible de la del protagonista: él entra, hace lo poco que hace, y luego sale. De tres opiniones, a dos les ha cuadrado esa manera de narrar, a uno no. Un 66.6 % de acierto: no está mal 🙂 Esas discrepancias justifican las puntuaciones: 8, 9 y 6. Una media de 7,6, lo que me deja un muy buen sabor de boca.
Pero voy a contestar a los comentarios.
Al primero le digo:
- Sí, la segunda historia se queda inconclusa. Y está hecho adrede. En otro relato tengo la primera parte. Y la continuación aún ni existe. Pero llegará, seguro. Garok le va a dar guerra a Efímera, seguro.
- La frase que comentas de la humedad: pues sí, le falta algo, en concreto unos puntos suspensivos tras «suelo».
Respecto al segundo:
- En efecto, la escena se encuadra en algo mucho mayor. Espero poder narrarla algún día. Por ahora me contento con acabar los episodios de la misma.
- El hecho de que el gato esté relacionado de manera tan estrecha con el «torturador» explica todo lo que sabe. Esa premisa entra dentro de mi manera de concebir la historia. El gato, gracias a esa relación, ya ha dejado de ser un simple gato y conoce mucho más que una bestia de compañía al uso. Casi tiene carácter de familiar.
- Ugh, el palabro: «worldbuilding». Mira que me duelen esos anglicismos metidos a hachazos. Pues sí, en este cuento hay un trasfondo que tiene ya varios años de madurez, y unas cuantas historias (incluyendo una novela corta, dos seriales [uno mucho mejor que otro] y dos proyectos de novela) que lo engrosan poco a poco. Cuando mandé el cuento sabía que eso mismo, el usar ese mundo de manera directa y desnuda, a lo Tiptree, me iba a producir problemas. Como era consciente de ello, no me sorprende tu reacción 🙂
- Si hubiera narrado sólo la trama Amo-momia no hubiera tenido suficientes palabras, te lo aseguro. Tal y como he dicho antes, la introducción del gato y el tipo de narrador usado tenían como objetivo alejar al lector un poco de ese duelo y centrarle solo en el intento del gato de buscar comida.
- Para ser sincero, tuve mis dudas con la frase que comentas del gato (la del «piensas»). Pero al final la dejé para que quedara claro que la situación era tan anómala. Respecto a lo de que el gato conociera al Vol-piedra, lo sabe por su condición de viejo compañero del Amo. con el paso de los años ha sufrido una especie de ósmosis 😉
- Agh de nuevo: «data dumping». Y además seguido de su traducción. Aich, cuánto mal ha hecho la invasión del inglés. Pero a lo que iba: esta manera de narrar e introducir conceptos nuevos poco menos que arrojados a la cara la descubrí con los textos de James Tiptree Jr., y me encantó por su frescura y descaro. Se trata de un tipo de narrador que no se dedica a explicar/describir cada concepto, sino que se limita a lanzarlo, y dejar que el lector lo interprete por sí mismo y el entorno en que se usa. Está usando una voz inmersa del todo en el mundo, usando conceptos habituales en ese mundo, y por tanto no los explica, dejando que ellos mismos (con su manera de obrar) se describan. Por ejemplo, en una narración actual, ¿cuándo un personaje va a usar un teléfono explicas que se trata de un aparato eléctrico que mediante la conversión de sonido/presión en corriente trasmite la voz a distancia? No, el personaje solo descuelga el teléfono y habla, y narrador no explica nada más. Esa manera de narrar, haciendo natural el mundo que habita, me chifla. Sé que todavía no le tengo «pillado el truco», pero lo intento.
- Por cierto: muchísimas gracias por ese comentario tan detallado.
Y voy a por el tercero:
- De nuevo me encuentro con el muy previsible y lógico comentario relativo a la existencia de conceptos «de mi mundo». Sí, lo sabía y lo esperaba.
- La manera de usar el narrador tenía por objetivo eso, entrar y salir en una escena mayor sin profundizar en ella. ¿Eso es típico de los gatos? Ni idea, que nunca he tenido uno ni he tratado con felinos.
Bueno, y hasta aquí las respuesta a los comentarios. De nuevo me quedo con buen sabor de boca, más que nada al haber mandado un texto que de entrada sabía que iba a costar mucho asimilar. E incluso así, un notable de nota. Guay.
Ahora os invito a leer (dentro de unos días) ‘Aromas de interrogatorio’. Eso sí, para hacer boca os recomiendo leer ‘El interrogatorio de la momia’, la historia que precede a este ‘Aromas’. Y de paso todos mis cuentos de La Voluntad.
Como siempre, tras la pausa, los comentarios íntegros.
No hay adiós.
Nota 31/1/2018: me dicen desde Literup que no puedo copiar en la web los contenidos de los comentarios por un problema de derechos de autor (he colocado los comentarios sin pedir permiso a los autores, y se ve que eso ha molestado a alguno). Por esa razón procedo a eliminar todos los que había hasta ahora, y no los volveré a hacer públicos.